Palabras del Director Ejecutivo de FundaReD - RSV
Ing. Mario Antonio Holguín
¡Alerta! Dominicanos.
Cuando se informa que menos o más de 48 mil millones de pesos es el costo anual de la inseguridad vial en la República Dominicana parece intrascendente y no quitarle el sueño a nadie. Ni a la sociedad ni a las autoridades competentes, que son muchas y muy dispersas.
Ahora bien, dicha cantidad no resulta de un capricho ni del cálculo de alguien temperamental u obstinado, sino de resultados que pudieran avalarse ante organismos internacionales.
Resulta que la inversión pública en obras de infraestructura en los dos últimos años en nuestro país es, según la ley de gastos presupuestarios de la nación, muy similar. A la sazón, alrededor de los 23 mil millones de pesos dominicanos al año, que en comparación con la primera cantidad debiera mover al Estado a la reflexión.
Una tasa de 244 víctimas fatales en las vías públicas por cada millón de habitantes en el 2008 coloca a nuestro país en una situación preocupante con relación a los demás países de la región. El tercero con mayor índice de siniestralidad no es una posición halagadora, más aún cuando paulatinamente se están implementando planes tendentes a disminuir no solo los accidentes de tránsito sino los traumatismos causados por estos, mientras nosotros no damos señales reales de organizar la casa.
Atenciones especiales a los usuarios vulnerables seria una tarea de alta prioridad. Analizar la incidencia de las muertes en motores y peatones requeriría detenimiento para diseñar programas específicos.
Hoy día se discute de la necesidad de desarrollar un plan regional de seguridad vial, ya que el bloque iberoamericano cuenta en sus haberes cerca de 130,000 muertes de tránsito anuales sin contar sus secuelas. Pero, podrán cumplir aquellas naciones con las metas trazadas, o tener mayor posibilidad de cumplir, las que demuestren poseer tres condiciones:
-Voluntad Política
-Un Organismo Rector.
-Y, un Plan Estratégico.